Publicado originalmente el 28 de enero. Traducido por Daniel Parra. Read the English version here.
El lunes, la ciudad lanzó la inscripción abierta para su programa Fair Fares (Tarifas Justas), que proporciona MetroCards a mitad de precio a los neoyorquinos de bajos ingresos. La iniciativa se lanzó a principios de 2019 pero se desarrolló en fases, primero con elegibilidad para sólo quienes reciben ciertos beneficios públicos y luego se amplió para incluir a los residentes de bajos ingresos de NYCHA, los estudiantes de la CUNY y los estudiantes veteranos.
A partir del 27 de enero, cualquier neoyorquino cuyos ingresos anuales sean o estén por debajo de la línea de pobreza —puede encontrar una lista de los requisitos de ingresos del hogar aquí— y no estén recibiendo un descuento en transporte, puede aplicar al programa Fair Fares, un programa que según los funcionarios de la ciudad cuenta con más de 106.000 personas inscritas hasta ahora. También se puede aplicar en línea a través del sitio web de la ciudad.
El despliegue completo del programa es una victoria largamente disputada por los defensores del transporte público y la lucha contra la pobreza. Grupos como Riders Alliance and Community Service Society (un financiador de City Limits) presionaron durante años para que la ciudad aprobara Fair Fares diciendo que los costos de transporte público son una dificultad para muchos neoyorquinos de bajos ingresos. Y mientras que la MTA en los últimos meses ha asignado recursos para combatir a los evasores de tarifas, otros quieren ampliar la iniciativa de transporte público de bajo o nulo costo, incluyendo a un concejal de la ciudad que está planeando un proyecto de ley que ofrecería tarifas de transporte gratuitas a los residentes de la ciudad de la “clase trabajadora”.
Entre los usuarios que todavía esperan ser incluidos en el programa de Fair Fares se encuentran los usuarios de Access-a-Ride, el servicio de automóviles operado por MTA para los neoyorquinos con discapacidades que les dificultan o imposibilitan el uso del metro o del autobús. Los que utilizan este programa, que ha sido ampliamente criticado por ser ineficiente y poco fiable, pagan 2,75 dólares por viaje, lo mismo que cuesta la tarifa completa para un viaje en el sistema de transporte público.
“Para muchas personas con discapacidades y personas mayores que no pueden usar el metro y los autobuses, Access-a-Ride es la única opción”, dice Christopher Schuyler, un abogado del programa Disability Justice de New York Lawyers for the Public Interest, uno de los varios grupos de defensa que presionan por las reformas de Access-a-Ride.
Los defensores señalan que sólo alrededor de un cuarto de las estaciones de metro de MTA están equipadas con ascensores, lo que significa que la mayoría del sistema es inaccesible para los pasajeros con problemas de movilidad. Incluso los autobuses urbanos, que son accesibles para personas en sillas de ruedas, plantean sus propios obstáculos.
Si el programa se ampliara, muchos usuarios de Access-a-Ride podrían beneficiarse del programa Fair Fares: el 34 por ciento de las personas con discapacidades en edad de trabajar en la ciudad de Nueva York viven en el nivel de pobreza o por debajo del nivel de pobreza, de acuerdo con un informe del 2019 del contralor estatal, lo que significa que muchos de ellos cumplen con los requisitos para ser elegibles como miembros del programa Fair Fares.
“La pobreza y el desempleo son desproporcionadamente altos entre las personas con discapacidades”, dice Schuyler. “El transporte fiable y asequible es esencial cuando se trata de mantener el empleo, acceder a atención médica, o simplemente participar en eventos sociales”.
Una portavoz de la oficina del alcalde dice que la ciudad está estudiando la posibilidad de extender Fair Fares para los usuarios elegibles de Access-a-Ride.
“Debido a que el transporte público es tan importante para la vida diaria de los neoyorquinos, estamos trabajando con MTA para identificar opciones para los usuarios de Access-A-Ride que calificarían para Fair Fares”, dijo Avery Cohen en un comunicado.
Otro grupo demográfico que hace campaña por las MetroCards con descuento es el de los veteranos. Aunque fases anteriores de Fair Fares incluían a veteranos de bajos ingresos que también son estudiantes, un ex miembro del servicio ha estado presionando durante meses para que los legisladores avancen en un proyecto de ley estatal que está a punto de languidecer y que aseguraría tarifas a mitad de precio para todos los veteranos.
H.P. Schroer, veterano de la Segunda Guerra Mundial y defensor, ha estado contactando a los legisladores y testificando en las reuniones de la junta directiva de MTA para promover la legislación —patrocinada por Jeffrey Dinowitz en la asamblea y John Brooks en el Senado— que requeriría que el estado asigne fondos para cubrir los descuentos para los veteranos.
“El estado es donde debe hacerse. La ciudad dio el primer paso, ahora le corresponde al estado ir un paso más allá”, dice Schroer.
Según el proyecto de ley, el número de veteranos de Nueva York ha disminuido en más de un 30 por ciento entre 2000 y 2015, una disminución que probablemente se deba al envejecimiento de la población de veteranos, pero Schroer también lo atribuye a “los altos costos de la vida y el transporte” aquí. Alrededor del 10 por ciento de los más de 200.000 veteranos de la ciudad viven por debajo de la línea de pobreza, de acuerdo con los datos.
Schroer espera que el proyecto de ley se someta a votación al final de la presente sesión. Una versión anterior de la legislación fue aprobada en el Senado, pero no en la asamblea.
“Quiero que suceda durante mi vida, para los veteranos más jóvenes”, dice, añadiendo que a los 93 años, él es elegible para tener su propia MetroCard senior a mitad de precio, ofrecida por la MTA. “¿Cuál es la obligación moral con aquellos que sirvieron y se han sacrificado?”