“Aquellas personas a las que se les ha negado albergue pero tienen acceso a servicios jurídicos, van a poder tener algún tipo de defensa”, dijo Deborah Berkman, directora de proyectos de la iniciativa de defensa de los refugios del New York Legal Assistance Group. “Sin servicios legales, parece casi imposible”.
Este artículo se publicó originalmente en inglés el 25 de mayo. Traducido por Daniel Parra. Read the English version here.
Esta semana la alcaldía empezó a aplicar normas más estrictas a los migrantes que solicitan extensiones en albergues, dificultando que los adultos sin hijos ganen más tiempo.
Los cambios forman parte de un acuerdo de conciliación alcanzado en marzo que redefinió temporalmente la política neoyorquina de derecho a refugio, que obliga a la ciudad a proporcionar una cama a cualquiera que la necesite y la solicite. Los inmigrantes adultos sin hijos cuyo tiempo de estancia haya expirado tras 30 o 60 días iniciales deben demostrar ahora que reúnen “circunstancias atenuantes” para poder optar por una prórroga.
Desde la primavera de 2022, casi 200.000 inmigrantes y solicitantes de asilo han llegado a la ciudad de Nueva York y unos 65.000 se encuentran actualmente en albergues. El pasado julio, la ciudad comenzó a emitir límites de tiempo de estadía para los adultos sin hijos. Esta política luego se amplió a las familias con niños en enero, aunque las familias pueden volver a solicitar refugio al final de cada plazo. Las familias con niños están exentas de los nuevos criterios más estrictos.
“Disponemos de herramientas muy limitadas para seguir gestionando la situación”, dijo Camille Joseph Varlack, jefa de gabinete del alcalde Eric Adams, en una rueda de prensa celebrada el 21 de mayo. “Cada semana siguen llegando al sistema cientos, si no miles, de personas. Tenemos que asegurarnos que disponemos del espacio necesario para atender también a los nuevos huéspedes que llegan a la ciudad”.
Los funcionarios dijeron que habían emitido unos 6.500 avisos de salida de 30 o 60 días de refugio bajo las nuevas reglas, 200 de los cuales se cumplían el 22 de mayo. Los que querían más tiempo se dirigieron al Centro de remisión de pasajes para inmigrantes y solicitantes de asilo (Reticketing Center), con sede en la antigua escuela de St. Brigid’s en el East Village, donde podían solicitar una prórroga.
La alcaldía no proporcionó cifras sobre el número de solicitantes a los que se les ha negado la extensión bajo las nuevas condiciones, alegando el 23 de mayo que todavía estaban procesando los datos. Mientras tanto, los defensores y los proveedores de servicios jurídicos se mantienen vigilantes y quieren asegurarse de que la alcaldía estudie detenidamente cada caso.
“Estamos trabajando en la oscuridad… sobre cómo apoyar a los jóvenes en este proceso, porque ha habido muy poca información por parte de la alcaldía sobre cómo se está evaluando realmente a la gente en cuanto a circunstancias atenuantes”, dijo Jamie Powlovich, directora de Coalition for Homeless Youth.
Algunas de las “circunstancias atenuantes” que pueden hacer que una persona por lo general obtenga una prórroga automática son: si ha firmado un contrato de alquiler que empieza en breve; si tiene un procedimiento de inmigración, un procedimiento médico grave o planes para abandonar la ciudad en el plazo de un mes; si se está recuperando de un procedimiento médico que afecta su capacidad para abandonar el refugio; o si tiene entre 18 y 20 años y está matriculado a tiempo completo en la secundaria. Pero otros son menos claros.
Los solicitantes también pueden demostrar que han hecho “esfuerzos significativos” para abandonar el refugio, por ejemplo, si han solicitado el Estatus de Protección Temporal, asisten a la universidad o a clases de inglés, buscan trabajo o ya tienen uno, entre otras situaciones.
La ciudad ha evaluado esos casos hasta ahora utilizando un sistema de 20 puntos, en el que alguien puede ganar puntos por cada esfuerzo que demuestre. Pero el sistema aún se está negociando y podría cambiar, según Josh Goldfein, abogado de Legal Aid Society.
Él y otros defensores están preocupados porque ni ellos ni los inmigrantes saben exactamente cómo se evaluarán esos esfuerzos, y se quejan de la falta de claridad.
Ellos también han oído que el proceso para determinar si se renueva o no ha sido rápido, lo que plantea dudas sobre cuánto tiempo se da a los solicitantes para presentar sus argumentos.
“Si el proceso es rápido y se prorroga, está bien. Pero si va rápido y se niega a alguien que tenía información relevante que aportar, pero la ciudad no se ha tomado el tiempo necesario para recopilarla, entonces sí que es preocupante”, dijo Goldfein.
Cuando la alcaldía niega una solicitud, emite una carta que debe estar redactada en el idioma preferido del inmigrante, e indica el motivo de la denegación. Al menos una carta compartida con City Limits estaba redactada en su mayor parte en español, pero incluía una línea en inglés.
“Es un problema jurídico, y es también un problema práctico”, afirma Deborah Berkman, directora de proyecto de la iniciativa de defensa del refugio del New York Legal Assistance Group (NYLAG por sus siglas en inglés).
Hasta la fecha, NYLAG ha intervenido con éxito —con la abogacía del Legal Aid Society— para ayudar a dos inmigrantes a conseguir prórrogas tras denegaciones iniciales. Legal Aid ayudó a otros tres a conseguir más tiempo.
Pero el proceso de apelación, en el que los inmigrantes pueden solicitar una revisión independiente de su decisión, podría suponer un obstáculo para algunos, señalaron los defensores. La ciudad aconseja a quienes no puedan presentar su apelación por correo electrónico que “notifique[n] al miembro del personal que le dio este aviso y esa persona podrá ayudarle”, según una carta de denegación compartida con City Limits.
“Muchos de mis clientes, nuevos inmigrantes, no saben leer”, explica Berkman. “Si no hubieran podido estar en contacto con un proveedor de servicios legales, es muy poco probable que hubieran tenido un lugar donde dormir esta noche”.
Tanto Legal Aid Society como NYLAG dijeron que no saben cuántas personas han recibido denegaciones, y que sólo se están enterando de estos casos porque los inmigrantes se están poniendo en contacto con ellos.
“Las personas que están recibiendo denegaciones, pero están accediendo a servicios legales, van a ser capaces de tener algún tipo de defensa”, dijo Berkman. “Sin servicios jurídicos, parece casi imposible, lo que creo que nos dificulta conocer el número de personas porque, a menos que hayan acudido a nosotros, no sabemos que están ahí. No sabemos que se les niega y se les deja fuera”.
Los miles de inmigrantes afectados en la primera ronda por los cambios han recibido una carta en la que se describe el nuevo sistema, se les indica que elaboren un plan para salir del refugio y se les proporciona una guía de recursos, según informaron las autoridades la semana pasada.
“Todos los que entren en nuestro sistema después del 27 de mayo serán sometidos a este proceso”, declaró Joseph Varlack a la prensa el 17 de mayo.
City Limits habló con aproximadamente una docena de inmigrantes fuera del Centro de remisión de pasajes para inmigrantes y solicitantes de asilo el 22 de mayo por la mañana, ninguno dijo haber oído hablar de las nuevas normas, o de las pruebas que deben reunir para ampliar sus estancias.
Marlon Ronquillo, de 43 años, dijo que le hicieron algunas preguntas al volver a presentar la solicitud, como si tenía un familiar en el país, si podía quedarse con otra persona o si quería salir de la ciudad. Tras responder negativamente a esas preguntas y esperar un par de horas, recibió refugio durante 30 días más.
“Te dan a entender que la ciudad ya no te va a ayudar, como que no te van a dar más refugio”, dijo Ronquillo. “Como si ésta fuera la última vez”.
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