En 2021 el Concejo de la Ciudad aprobó una ley que debía ampliar el número de permisos a vendedores, pero un retraso de más de seis meses del Departamento de Salud e Higiene Mental no ha permitido que se asignen estos permisos prometidos. Poco después del retraso administrativo, un grupo de vendedores ambulantes formó la primera Asociación de Vendedores Ambulantes en la plaza Corona, en Queens, Nueva York.

Adi Talwar

Un vendedor de comida en Corona Plaza, Queens, fotografiado en junio de 2021.

En la ciudad de Nueva York hay más de 20 mil vendedores ambulantes y miles de ellos trabajan sin un permiso para poder operar que otorga el departamento de Departamento de Salud e Higiene Mental de la ciudad. El Departamento de Salud es la entidad encargada de supervisar la concesión de licencias a los carritos de comida. 

Muchos vendedores ambulantes han obtenido la licencia pero les hace falta el permiso que otorga el Departamento de Salud, ya que según las normas de la ciudad, los vendedores ambulantes deben tener tanto una licencia como un permiso para operar con tranquilidad. 


Miles de vendedores han intentado aplicar por un permiso pero el Departamento de Salud ha limitado por décadas el número que otorga, actualmente en 5.100 permisos. Muchos vendedores ambulantes salen a las calles sin permisos arriengandose a recibir multas, mientras que otros han optado por conseguir un permiso en el marcado negro pagando más de $20.000 por uno.

En 2021 el Concejo de la Ciudad aprobó una ley que debía ampliar el número de permisos a vendedores, 445 permisos al año durante 10 años, pero un retraso de más de seis meses del Departamento de Salud no ha permitido que se asignen los prometidos permisos. 

Estos permisos debían ser asignados a más tardar en julio de 2021 y poco después del retraso administrativo, un grupo de vendedores ambulantes formó la primera Asociación de Vendedores Ambulantes en la plaza Corona, en Queens, Nueva York. El trabajo para formar la nueva asociación había comenzado antes de la llegada de la pandemia. Ahora para vender en Plaza Corona se les anima a los vendedores a firmar un acuerdo comunitario que establece un código de conducta y otras normas en el lugar. 

Hannah Bottum, estudiante de periodismo de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (o CUNY como se le conoce por sus siglas en inglés), ha seguido a estos vendedores y ha preparado este episodio especial sobre sus historias.

Este episodio especial fue producido y reporteado por Hannah Bottum y Rachael Robertson. Michayla Savitt, productora senior, hizo el diseño de sonido y algunas ediciones. Meg Cramer fue el editor gerente. La música es de Salman Ahad Khan. El audio de archivo es del New York City Municipal Archives. Alana Casanova-Burgess contribuyó con la edicion. Hafeezat Bishi compartió su conocimiento particular en el asunto.

La historia y la conversación a continuación.

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