Hasta el 13 de diciembre, 501 solicitudes han sido completadas y firmadas por un asistente social para el fondo de ayuda de $27 millones que cubre daños por tormenta Ida. De estas, 145 han sido aprobadas, 66 han recibido la ayuda y 79 están en proceso de recibirla.
Este artículo apareció originalmente en inglés. Translated by Daniel Parra. Read the English version here.
El número de neoyorquinos indocumentados que han recibido ayuda del fondo de $27 millones de dólares para cubrir daños por tormenta Ida se ha duplicado en las últimas semanas, tras un lento comienzo de dos meses.
Solo 32 solicitantes habían recibido estos fondos hasta el 24 de noviembre, días antes de que se extendiera el plazo para aplicar a este fondo, según informó anteriormente City Limits. El estado de Nueva York extendió el plazo hasta el 4 de enero, con la esperanza de hacer llegar la información a más solicitantes. En un informe de evaluación de septiembre, la ciudad estimó que la tormenta, que provocó inundaciones repentinas que mataron a más de una docena de personas, afectó a unos 5.100 inmigrantes indocumentados.
En las últimas semanas este programa de ayuda ha despegado y las ocho organizaciones comunitarias (CBO por sus siglas en inglés), encargadas tanto del proceso de solicitud como de la distribución de los fondos, informaron que miles de personas han buscado ayuda para cubrir daños causados por los últimos coletazos del huracán Ida.
Hasta el 13 de diciembre, 501 solicitudes habían sido completadas y firmadas por un asistente social, según Mercedes Padilla, portavoz del Departamento de Estado de Nueva York. De las 145 aprobadas, 66 solicitantes han recibido la ayuda y 79 están en proceso de recibirla.
Make the Road New York, una de las organizaciones comunitarias que administran el fondo, ha sido la que más personas ha recibido: 1.300 llamadas o visitas, 285 solicitudes iniciadas y 71 hogares aprobados hasta el 13 de diciembre. En total se han aprobado unos $418.000 dólares en ayudas, y ya se han repartido $209.000 dólares a 41 hogares, según Becca Talzek, subdirectora de Make the Road New York.
Catholic Charities Community Services (CCCS por sus siglas en inglés) informaron que hasta el 14 de diciembre, 39 personas cumplían los requisitos para acogerse al fondo de ayuda y estaban trabajando con un coordinador de casos para recopilar la documentación. Van cuatro aprobados.
Los trabajadores de las organizaciones comunitarias que participan en el programa dijeron que la mayoría de las personas que buscan ayuda hasta ahora han sido remitidas a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA por sus siglas en inglés). Las familias con hijos nacidos en EE.UU. o con estatus mixto pueden optar a la ayuda de la FEMA y, por tanto, no pueden optar a los fondos de ayuda conjunta de la ciudad y el estado.
“No es raro encontrar personas afectadas por una catástrofe que ni siquiera solicitan la ayuda de la FEMA, a pesar de lo mucho que se conoce el programa y de la amplia labor de divulgación que realiza la FEMA”, dijo Julianne Pannelli, directora de proyectos especiales del CCCS, otra de las organizaciones seleccionadas.
“Nunca ha habido un programa como éste, así que hay una falta de familiaridad”, añadió Pannelli. “Así que no es de extrañar que un nuevo programa diseñado para una población que puede ser ya temerosa haya tenido menos solicitudes de las esperadas”.
La reticencia también influyó al principio del programa de ayuda. “Muchos de los miembros de la comunidad con los que hablamos dudaban en solicitar o visitar el lugar porque no estaban seguros de poder recibir ayuda debido a su estatus”, dijo Benjamin Eng, coordinador del programa del fondo de ayuda de Ida en el Chinese-American Planning Council, donde 14 solicitantes han sido aprobados hasta el 8 de diciembre.
“También tenían miedo de que, si hablaban con nosotros, se metieran en problemas. Algunos también nos informaron que no creían que este programa existiera porque no hay muchos programas que ayuden a los miembros de la comunidad indocumentada”, añadió Eng.
El haber sido remitido al programa de FEMA ha sido una gran sorpresa para la mayoría de aplicantes porque no sabían que podían solicitar esta ayuda federal, explicó Talzek. Los solicitantes pueden optar a la ayuda de FEMA utilizando el número de seguridad social de sus hijos si son los padres o tutores de un menor que sea ciudadano de los Estados Unidos, nacional no ciudadano o extranjero cualificado, quienes en algunos casos también pueden optar a la ayuda.
El Departamento de Estado de Nueva York informó que de las más de 2.000 personas que han llamado a la línea de atención la Oficina para Nuevos Americanos del estado de Nueva York (New York State Office for New Americans u ONA por sus siglas en inglés) o han acudido a ella para preguntar por el fondo de ayuda para indocumentados, y 594 han sido remitidas a FEMA. Solo Make the Road New York ha remitido a 340 solicitantes a FEMA y el CCCS ha remitido a 39 de los 113 que han contactado.
Pero no todas las organizaciones comunitarias han observado este patrón. El centro MinKwon Center for Community Action informó justamente lo contrario: solo remitieron a 30 solicitantes a FEMA de los 150 con los que se han comunicado. Hasta el 15 de diciembre, 60 ya habían solicitado la ayuda, según Min Soo Kim, asociada de proyectos especiales de MinKwon para el fondo.
Dificultades en la documentación de casos
El programa de ayuda de Ida de la ciudad y el estado ofrece un máximo de $72.000 dólares (hasta $36.000 dólares en subvenciones para ayudas relacionadas con la vivienda y hasta $36.000 dólares en ayudas para otras necesidades), pero las organizaciones comunitarias señalaron que el problema más común al que se enfrentaban los solicitantes era la presentación de pruebas de residencia.
“Hay dificultades para mostrar la ocupación. Ellos no tienen contratos de alquiler. O si los tenían, el agua se los ha llevado”, explica Carola Otero Bracco, directora ejecutiva de Neighbors Link.
Organizaciones de base comunitaria como Make The Road y MinKwon informan que la mayoría de los solicitantes han sido inquilinos que vivían en espacios subterráneos o a ras de suelo que resultaron letales durante la tormenta, lo que ha suscitó una renovada atención y debates sobre cómo la ciudad debe manejar los apartamentos en sótanos. “Más de la mitad de los casos, creo”, señaló Talzek.
Para algunos solicitantes, proporcionar fotos, vídeos o recibos de gastos ha sido también una gran barrera. El programa no se anunció hasta 25 días después de que la tormenta Ida azotara Nueva York, y durante ese tiempo, las víctimas de la tormenta estuvieron más centradas en sobrevivir que en documentar cada ítem de su pérdida.
“Es un poco tarde porque muchos de los miembros de nuestra comunidad no sabían que iba a existir este programa. Si lo supieran antes, algunos podrían documentar mejor. Pero me alegro de que el programa exista”, remarcó Eng.
De los fondos distribuidos hasta ahora, muy pocos solicitantes han recibido ayudas directas relacionadas con la vivienda: solo $34.024 dólares versus $299.876 dólares que se han pagado en subvenciones para lo que el programa considera como “otros gastos de ayuda” (other needs assistance), que cubre cosas como daños en el vehículo, gastos de mudanza, cuidado de niños y otros.
Sin embargo, el bajo desembolso de ayudas en vivienda no es por falta de demanda. “Muchos miembros de nuestra comunidad nos piden ayuda para el alquiler”, explica Eng. “Debido a la directriz de este programa, la ayuda al alquiler es para los miembros que no pueden vivir en la propiedad dañada y están viviendo/buscando un nuevo lugar. El problema es que muchos miembros no pueden permitirse encontrar un nuevo lugar, y algunos siguen viviendo en el lugar damnificado”.
La gobernadora Kathy Hochul amplió el plazo para aplicar a este fondo hasta el 4 de enero de 2022. Si el número solicitudes y aprobaciones sigue la misma tendencia hasta ahora, es poco probable que los $27 millones de dólares del fondo se agoten en el lapso de menos de tres semanas que le queda.
City Limits preguntó si se volvería a extender el plazo, pero un portavoz dijo que “evaluarán y buscarán otras oportunidades”, a medida que se acerque la fecha de finalización. El Estado declinó decir qué haría con los fondos restantes que no se distribuyan. Los defensores proonen que el dinero podría utilizarse para crear un fondo de ayuda permanente para los inmigrantes indocumentados que sean víctimas de futuras tormentas.
“Creo que definitivamente debería ser un programa permanente”, dijo Talzek, quien añadió que otra opción sería la creación de un fondo permanente a través de legislación.