Luego de un caótico conteo primario el 23 de junio en el que se invalidaron más de 84,000 boletas por correo, algunos legisladores están presionando por nuevas opciones para los votantes que quieren evitar los lugares de votación.
Traducción de Carlos Rodríguez.
A raíz de la caótica primaria del 23 de junio, en la que más de 84,000 papeletas enviadas por correo fueron descalificadas, los legisladores estatales se reunieron en una serie de vistas encaminadas a evitar una situación similar en las elecciones generales de noviembre. Sin embargo, activistas y algunos legisladores opinan que se puede hacer más para darles a los votantes la mayor cantidad posible de opciones el día de las elecciones.
El 20 de agosto, el Gobernador Cuomo aprobó una ley presentada por la Senadora Alessandra Biaggi que acepta el Covid como razón para pedir una papeleta de voto ausente. La orden es válida hasta 2022. El gobernador también firmó leyes que autorizan a los votantes a pedir papeletas para voto ausente comenzando en agosto, en vez de más cerca de las elecciones, y admitiendo papeletas selladas por el correo hasta el 3 de noviembre, día de la votación. En la primaria del 23 de junio, miles de papeletas quedaron anuladas porque llegaron después del día de las elecciones o no tenían el sello oficial del Correo de los Estados Unidos.
El 24 de agosto, el gobernador firmó una orden ejecutiva que obliga a las juntas electorales de los condados a enviar información por correo a los votantes antes del 8 de septiembre sobre las fechas límite, a acelerar el conteo de votos, y a informar a la junta electoral del estado si carecen de personal suficiente. La orden también requiere que las juntas electorales permitan a los votantes pedir sus papeletas por teléfono o por internet.
Sin embargo, algunos funcionarios electos y activistas de los derechos de los votantes están abogando por expandir los métodos de votación disponibles. Anticipando que las reducciones en el servicio de correo federal podrían tener un impacto negativo en las elecciones, y para intentar reducir las aglomeraciones en los centros de votación, han sugerido que se instalen buzones seguros en lugares públicos donde los electores puedan depositar sus papeletas, como se hace en otros estados.
Poco antes de la vista del Senado del 11 de agosto sobre el proceso de votación durante la pandemia, el senador estatal Brad Hoylman propuso un proyecto de ley para permitir que las juntas electorales de los condados instalen buzones a través de todo el estado donde depositar papeletas de voto ausente. Por ahora, estas papeletas se pueden enviar por correo o entregar en los centros de votación y de voto anticipado hasta el 3 de noviembre.
Durante años, se han utilizado buzones de votación en estados en los que el voto por correo es habitual, como Washington y Oregon. La pandemia ha causado que la práctica se extienda a otros estados, incluyendo Connecticut, donde se implementaron desde la primaria usando fondos federales del CARES Act.
“Generalmente, el uso de buzones es visto como una manera sensata y considerada de suplir las necesidades de los electores”, dijo Myrna Peréz, directora del Brennan Center’s Voting Rights Project, a City Limits. “En muchos estados, los buzones son una manera sensata y económica de manejar el problema que tienen algunos votantes de tener que viajar muy lejos para poder ejercer su derecho al voto”.
Aun así, Peréz dijo que los buzones no siempre son una mejor opción que el método de votación tradicional.
“El dilema está en las desventajas. Un buzón puede sustituir un centro de votación pero no proveer el mismo nivel de servicio personal”, dijo, citando ejemplos como asistencia en otros idiomas y el aviso que proveen las máquinas si la papeleta se ha llenado incorrectamente.
En la vista celebrada el 11 de agosto, la junta electoral dijo que implementaría su propio plan de buzones para noviembre. “De hecho, ya tenemos un programa de buzones con el cual los votantes pueden entregar su papeletas de voto ausente en cualquier centro de votación adelantada o lugar de votación el mismo día de las elecciones en vez de enviarla por correo”, dijo en la vista el director ejecutivo de la Junta Electoral de la Ciudad de Nueva York, Michael Ryan.
Ryan contestó a varias preguntas en las que clarificó que el plan es que los buzones estén en la mesa de información afuera de las salas de votación. “Estamos intentando mantener al mínimo el número de personas que estarán dentro de los salones si no es necesario que estén ahí”, dijo Ryan.
Hoylman le dijo a City Limits que esto no es suficiente y que el estado debería proveer cientos y hasta miles de buzones adicionales para suplir la creciente demanda.
El senador citó la recomendación de la Comisión de Asistencia Electoral federal de un buzón por cada 15,000 a 20,000 electores registrados. En febrero, la Junta Electoral del Estado de Nueva York contó 13 millones de votantes registrados, lo que significaría instalar entre 645 y 860 buzones, si se utilizara la fórmula mencionada por el senador.
Hoylman dijo que la solución de la junta electoral de la ciudad no satisface las necesidades del estado. “Este es un asunto del estado completo, y esto no cubre de lleno la necesidad de más receptáculos para las papeletas. No queremos que personas mayores o gente con el sistema inmunológico comprometido tenga que entrar a un lugar bajo techo a votar”, dijo.
Peréz dijo que la idea detrás del proyecto de ley de Hoylman tiene sentido, ya que el estado debería proporcionar la mayor cantidad de métodos de votación posible para motivar a los electores a votar a pesar de la pandemia.
“Los votantes necesitan todas las alternativas que podamos darles”, dijo Pérez. “Estamos en medio de una pandemia sin precedentes en más de un siglo, y la gente tiene diferentes factores de riesgo”.