Nota del editor: Esta historia se publicó originalmente en inglés el 21 de marzo de 2020. El 25 de marzo, legisladores de Washington anunciaron que llegaron a un acuerdo para aprobar un paquete de ayuda para el coronavirus de $2 trillones, incluyendo $25 billones en fondos de emergencia para el transporte, de los que $4 billones estarían destinados a la MTA, según dijeron las autoridades. La ley está a la espera de la firma del presidente.
Traducido por Carlos Rodríguez Martorell
El brote del coronavirus ha parado en seco la vida pública de la ciudad de Nueva York, y está vaciando el sistema de transporte, cuyo uso ha disminuido en todos los renglones. Para el martes pasado, el número de usuarios del metro había bajado en un 60 por ciento; en los buses, un 49%; y en el Metro North, un 90%. Los pasajeros cuelgan videos en Twitter mostrando fantasmales imágenes de vagones del metro vacíos en hora pico, y la portada de la revista New Yorker muestra un dibujo del Grand Central Terminal vacío excepto por un hombre que barre.
Del presupuesto general de la MTA, 38 por ciento proviene del pago de tarifas, y la reducción de pasajeros comienza a golpear las finanzas de la agencia pública, que ya estaban en mal estado antes de la crisis sanitaria. A principios de esta semana, el jefe de la MTA, Pat Foye, les pidió a los legisladores federales que aprobaran $4 mil millones en asistencia para compensar la pérdida de ingresos si esta tendencia de uso continúa por seis meses, además de cubrir lo que costará desinfectar el sistema. Para el viernes, la MTA había recurrido a retirar $1 billón de su línea de crédito de emergencia.
“La disminución en la cantidad de usuarios es enorme y, dado que una gran parte del presupuesto viene de las tarifas de viaje… Es enorme,” dijo Nick Sifuentes, director ejecutivo del grupo Tri-State Transportation Campaign, que aboga por incrementar el uso del transporte público. El miércoles, la organización envió una petición urgente a los legisladores federales de Nueva York para que concedieran la ayuda solicitada por Foye.
A nivel nacional, la Asociación Americana de Transporte Público (American Public Transportation Association) pidió al gobierno que les otorgara $16 billones en fondos de emergencia a las agencias de transporte del país, que también están en aprietos por causa de la pandemia. La organización dijo que la transportación pública es “el salvavidas que da acceso a los servicios esenciales”.
“Esto es vital para la economía de la región. Sin transporte público accesible y confiable, Nueva York no funciona como debe”, dijo Rachael Fauss, del grupo Reinvent Albany, que aboga por el buen gobierno. Fauss puso como ejemplo a otras industrias como las aerolíneas, que buscan recibir $50 billones en ayuda gubernamental para resistir la crisis.
“El transporte masivo está pidiendo una miseria en comparación con lo que piden ellos”, dijo. “Cuatro billones no deberían ser un escándalo”.
Solo el comienzo
Pero, según los expertos, el estimado de $4 billones podría ser muy bajo para lo que la MTA terminaría necesitando para soportar la crisis del COVID-19. Aún no se sabe cuánto tiempo durará la pandemia, y la gente podría continuar evitando el transporte público luego de que pase la peor parte del brote.
“Muchos científicos dicen que el distanciamiento social podría durar un año, y eso sería un golpe muy duro para el transporte,” dijo Sifuentes.
Las penurias de la MTA van más allá de la pérdida de usuarios y dinero procedente de las tarifas de viaje. Sus otras fuentes de ingreso – que incluyen peajes, impuestos, y subsidios municipales y estatales – también se agotarán con el desplome económico que se espera traiga consigo el coronavirus, con el cierre de negocios en la ciudad y el estado y la interrupción del flujo de turistas. Un informe de la oficina de Scott Stringer, auditor de la ciudad, estimó que la pandemia le costará a la ciudad unos $3.2 billones en impuestos perdidos solo en los próximos seis meses. El estado podría enfrentarse a pérdidas de entre $4 y $7 billones, según el auditor estatal, Tom DiNapoli.
“No solo han bajado los ingresos por pasaje, sino también por peaje, más los impuestos que pagan los empleados”, le dijo Lisa Daglian, directora del Comité Permanente de Asesoramiento Ciudadano a la MTA (Permanent Citizens Advisory Committee to the MTA, o PCAC). “Lo que estamos viendo ahora mismo es el comienzo de una situación verdaderamente crítica para la MTA”.
Grupos defensores del transporte también están urgiendo al Departamento de Transportación nacional que apruebe el plan de “precios de congestión” en Nueva York, que espera autorización federal para avanzar. El plan, que de aprobarse se implementaría en 2021, propone que se cobre una tarifa a quienes entren al distrito de negocios de Manhattan en automóvil, y se espera que genere $15 billones en capital para gastos operacionales de la MTA.
Seguir en movimiento
Aun antes de la epidemia, la MTA estaba ahogada en deudas. Para finales de año, la agencia ya planeaba cortar 2,700 empleos como parte del “Plan de Transformación” que busca reformar la problemática agencia pública. Según reportó THE CITY esta semana, las fechas de implementación del plan se están reconsiderando por causa de la pandemia.
“Ya están en los huesos”, dijo Fauss. “Ya su presupuesto está en la cuerda floja por culpa de la deuda.”
Documentos sobre las finanzas de la MTA publicados el miércoles en la página de internet de la agencia, sobre los que Streetsblog reportó, dicen que la MTA cuenta con unos $3.86 billones que puede usar para compensar algunas de las pérdidas ocasionadas por el COVID-19, pero recalca que esos fondos tendrían que ser “devueltos o sustituidos”. De no hacerlo, la agencia “probablemente incurrirá en más deuda y no tendrá suficientes fondos para cubrir sus operaciones.”
“Si la disminución en la cantidad de usuarios y tráfico continúa o empeora, la MTA tendrá que considerar otras intervenciones, que podrían incluir ajustes temporeros en los servicios, entre otras medidas”, advirtió la agencia.
El viernes, el metro y los trenes de transporte suburbano de la MTA funcionaban en horario normal de días de semana a pesar de la escasez de pasajeros. Aunque los autobuses también seguían funcionando, algunas rutas habían reducido la frecuencia de servicio por la pandemia, según el portal de internet de la agencia.
“Nuestros empleados están tomando las mismas precauciones que todo el mundo para evitar propagar el COVID-19, y esto ha afectado la cantidad de personal disponible”, lee el aviso. Oficiales de la MTA dijeron que, hasta el jueves, 23 empleados habían dado positivo en la prueba del virus.
Los activistas dicen que mantener un buen servicio sigue siendo crucial, puesto que los trabajadores que proveen servicios esenciales – como el personal médico y los empleados de supermercados, limpieza y del transporte mismo – necesitan moverse.
“Cortar el transporte público ahora mismo sería básicamente como decirles: ‘Vamos a hacerles la vida más difícil de lo que ya es’”, dijo Sifuentes. Mantener un servicio regular también ayudará a que los trenes y buses puedan estar lo suficientemente vacíos como para que los usuarios puedan practicar distanciamiento social.
“Si queremos que la gente tenga espacio, tenemos que seguir ofreciendo un servicio frecuente”, añadió.
La pandemia del COVID-19 también podría monopolizar “el ritmo de las iniciativas de la MTA para mejorar sus sistemas”, según el documento sobre las finanzas de la agencia. El plan capital que se aprobó el año pasado, de $51.5 billones, es el más grande de su historia, e incluye proyectos como la próxima fase del metro de la Segunda Avenida, la conversión de decenas de estaciones en accesibles para personas con discapacidades, y mejoras en el sistema de señalización de varias de las líneas del metro. Todos estos esfuerzos buscan modernizar y dar nueva vida al maltrecho sistema.
Los activistas dicen que estas mejoras, en particular las de señalización, son especialmente importantes ante las pérdidas de fondos operacionales. “Eso es un trabajo crítico que hay que hacer”, dijo Fauss.
Como otros, la activista opina que gran parte del destino económico de la MTA depende de que se apruebe ayuda federal.
“La agencia entera, absolutamente todo, depende de las acciones del gobierno federal”, dijo Sifuentes.