El lunes pasado, noviembre 18 de 2019, el consejo de la ciudad desarrolló una audiencia sobre transporte. Al principio de esta Ydanis Rodríguez, presidente del comité de transporte, mencionó que en ella se discutirá el presente y el futuro de esta industria.
Como se explicó en lo que necesita saber sobre los medallones de taxis en Nueva York, los taxis amarillos están atravesando una crisis impulsada por la caída del precio de los medallones y por préstamos inescrupulosos a los taxistas, similares a los de la crisis de vivienda del 2009, por parte de algunos intermediarios conocidos en la ciudad como brokers.
Según una serie de artículos publicados por el New York Times durante el verano, el auge de Uber no fue el único responsable de la crisis financiera que enfrentan muchos taxistas en la actualidad. Además, hubo especulación en el mercado, brokers que se lucraron, cobradores de deudas inescrupulosos que pretendían ser oficiales de la ciudad para intimidar a los taxistas, tasas de interés por encima del 12 por ciento, funcionarios que se hicieron los de la vista gorda frente al problema, falta de claridad en los términos de los préstamos para adquirir medallones —especialmente con los deudores que eran inmigrantes, a quienes además de la barrera del idioma, no se les proporcionó una traducción de lo que estaban firmando—, entre otros.
En una metáfora de Neil Weiss, editor de Black Car News —revista mensual de la industria de vehículos de alquiler (for-hire vehicles) en Nueva York, “es como si el iceberg estuviera allí y la alcaldía no hubiera hecho nada para esquivarlo”.
En medio de este panorama, organizaciones como la New York Taxi Workers Alliance desarrollaron un plan para que la ciudad, primero, tome los préstamos de las deudas de los taxistas y luego, refinancie la deuda al precio actual de los medallones.
Según esta organización, hay más o menos 6.000 conductores endeudados y en el 2019 más de mil se han declarado en bancarrota o han entrado en juicios hipotecarios. Este número de declaraciones en bancarrota supera lo visto en los años 2015, 2016 y 2017 y si las condiciones no cambian, el próximo año será devastador para miles más.
“A menos de que la ciudad se comprometa a ayudar a los taxistas miles conductores más se declararán en bancarrota el próximo año, así que esto es una llamado de emergencia antes de la catástrofe”, dijo Bhairavi Desai, directora ejecutiva de la New York Taxi Workers Alliance.
Según un estudio encargado por la alcaldía, la deuda promedio de los conductores de taxi es de aproximadamente $500.000. Según la New York Taxi Workers Alliance, el promedio de deuda de los taxistas es de $600.000, pero por encima de estas discrepancias, el meollo se encuentra en que los medallones ahora cuestan menos de $200.000, así que la pregunta es ¿cómo pagar esta diferencia?
El plan propuesto por la New York Taxi Workers Alliance sugiere que la alcaldía cree un ente, posiblemente un banco o cooperativa que compre las deudas al valor de mercado actual (probablemente $ 200,000, en promedio). La ciudad compraría la deuda de los conductores a los prestamistas al valor actual del mercado, que es menor que los préstamos que tomaron los conductores, y los taxistas continuarán trabajando para pagar una deuda reestructurada.
“Por ejemplo, si se plantea un 3 por ciento de tasa de interés sobre los $200.000 dólares del préstamo y esto se multiplica por los 6.000 taxistas que necesitan de esta ayuda, entonces la ciudad ganaría varios millones”, explicó Bhairavi Desai.
Estas ganancias podrían ser utilizadas para cubrir los costos administrativos del ente creado por la alcaldía o podrían ser utilizados para otros fines.
Explícitamente, no se busca una condonación de la deuda o un perdón de esta, sin embargo, implícitamente, se está queriendo decir que como los prestamistas ya se lucraron por varios años de los taxistas, ahora el gobierno, como máximo poder, puede pedir la compra de estas deudas al valor actual.
En una carta enviada al alcalde Bill de Blasio en noviembre 8 firmada por diez congresistas, se recomendaba que el ente encargado de comprar las deudas debería ser público. Además en la carta los congresistas decían que la ciudad no invertiría más de $900 millones de dólares y que luego no solo recuperaría ese dinero, sino que ganaría algún rendimiento proveniente de una tasa de interés justa de acuerdo al mercado. (Lee la carta aquí).
La carta además menciona que actualmente, “según informes, los prestamistas están vendiendo su deuda a otras instituciones a tasas reducidas, reflejando el valor en el mercado actual”.
La propuesta para refinanciar las deudas ha sido respaldada por algunos miembros del concejo municipal como Mark D. Levine, Stephen Levin, Ydanis Rodríguez y Brad Lander, además de Scott M. Stringer contralor de la ciudad. “La alcaldía tiene una obligación moral con los taxistas luego de inflar los precios de los medallones que tienen ahora a la gente con la soga al cuello”, dijo Bhairavi Desai.
Si se mira en perspectiva esta crisis de los medallones se ha alimentado de varios factores. Por un lado, la ciudad ganó $850 millones subastando medallones de 2004 a 2014, durante la burbuja financiera y la escalada del precio de estos. Por otro lado, bancos ganaron dinero entre 2017 y 2018 cuando los taxistas recurrieron a nuevos préstamos en los cuales firmaban acuerdos —confessions of judgment— en los que se pactaban: responsabilidad, monto de los daños acordados, y además perdían cualquier derecho que tenían para disputar un reclamo en el futuro.
Por su parte, el alcalde de Blasio se ha pronunciado en varias ocasiones, una en julio y más recientemente en octubre, para decir que no piensa acoger el plan propuesto. Según un email de la oficina de prensa del alcalde, “el alcalde ha dejado en claro que agradecería la financiación federal así como políticas para garantizar que bancos inescrupulos y brokers hagan más para dar préstamos a un tamaño óptimo para los propietarios de medallones”. Sin embargo, agregaron que el alcalde “también dejó en claro que el costo de un rescate es ‘algo que no podemos alcanzar’ y le preocupa que el costo de un rescate pueda afectar otros servicios necesarios”.
Según la alcaldía, la propuesta podría costar alrededor de $13 mil millones de dólares por eso ha sugerido que se promueva esta iniciativa a nivel federal. Como parte de la respuesta, el alcalde ha desviado la atención diciendo que el verdadero culpable de la implosión de la burbuja fue el surgimiento de aplicaciones como Uber y Lyft.
La representante Alexandria Ocasio-Cortez ha dicho que “la cifra que se ha dado, los $13 mil millones que costaría rescatar [a los taxistas], es un número muy alto. Creo que es un costo inflado”, aseguró en octubre.
Tanto académicos como consultores de transporte como Bruce Schaller, concuerdan en decir que una refinanciación es la opción correcta.
Otros de los puntos de la propuesta que valen la pena empezar a considerar a fondo son el establecimiento de un fondo de retiro para los conductores afectados por la crisis de los medallones, así como ofrecerles alguna alternativa de retiro a los conductores mayores de 62 años que perdieron todos sus ahorros para conseguir un medallón y ahora están ad portas de la bancarrota.
De acuerdo con Desai, para frenar el déficit de más de $20.000 dólares anuales que enfrentan algunos de los conductores, se ha propuesto un límite de pago mensual de la hipoteca de $900 dólares mensuales, esto en el caso que se implemente el refinanciamiento de la deuda.
Bhairavi Desai también agregó que para regular los préstamos abusivos, se propone conformar una junta permanente de regulación del mercado de medallones con capacidad de establecer topes de precios, así como que se investiguen estas prácticas abusivas. Además se quiere que los bancos y las cooperativas de crédito reporten cuando los préstamos sean vendidos a otros prestamistas revelando el valor acordado para que los taxistas tengan conocimiento completo y tengan oportunidad de negociar.